viernes, 13 de mayo de 2011

La Vida de la Cigarra (autor: Mauricio Romero - Ibagué)

Diecisiete años bajo tierra succionando la savia de las raíces, cavando túneles interminable;oscuridad perpetua. El instinto guiando cada acto porque, aunque no se conozca, siempre existe un propósito. Joaquín envidiaba a las cigarras; ellas, aunque atadas a una rutina, la repetían cada día sin necesidad de preguntarse:¿Para qué?

Élen cambio cada día de su cuarenta años, al levantarse a las cinco de la mañana, mientras se masturba en la ducha; cuando desayuna los huevos revueltos que le sirve su mamá; sentado en el bus mirando de reojo las niñas en sus uniformes con sus largos cabellos todavía mojados, al etiquetar los productos de la sección de aseo del supermercado durante ocho horas; mientras callejea sin rumbo por la ciudad para llegar a la casa cuando su mamá ya está dormida delante de la novela de las once de la noche y ,sobretodo, en la oscuridad de su cuarto, simulacro de la galería de la cigarra, se pregunta: ¿Para qué?

Prende la lámpara del escritorio, la pantalla tubular alrededor de la bombilla enfoca la luz como una línea que corta en dos la oscuridad de la pared. Miles de cigarras clavadas con alfileres al corcho de dos por tres; tonos de pardo a verde, patas ásperas, ojos esféricos, grandes y monstruosos. Esas criaturas ocultan el secreto de la vida, o mejor, la respuesta para curar el dolor que es su vida. En las vitrinas, sobre el escritorio; los caparazones delicados, rotos, que alguna vez surgieron de la tierra rompiéndose para liberar las criaturas en la pared. ¿Dónde está lo que busca?, ¿en el trazo de las galerías subterráneas de la larvas?, ¿en los surcos de los dos pares de alas de las adultas?, ¿en los ojos separados a lado y lado del grueso cuerpo?, ¿en la armonía del canto que acalla el universo entero?, ¿en el desespero de cada apareamiento que los acerca a la muerte?, ¿en la ansiedad por cerrar otro ciclo?

Las descubrió cuando niño, una mañana en que su padre lo llevó al parque. La mano adulta y firme sujetando la de él. El sendero alejándolos del bullicio de las madres gritando a sus necios hijos, los padres sofocados por la cruel cercanía de la familia en domingo, los niños, sus juguetes. Su papá alejándolos más del ruido, internándolos en el silencio. Pero no existe silencio, las hojas de los árboles rascando el viento, pero no son las hojas, no es el viento, es algo nuevo. Un zumbido visceral, orgánico, tonos altos llenando el espacio, nublando el sol. ¿Para qué vinimos acá, papá?, papá no contesta, tal vez el ruido ahoga la pregunta, tal vez es él quien no escucha la respuesta. ¿Para qué papá? grita el niño, está asustado, llora, la bofetada y luego otra, la presión de las manos de su padre en su cuerpo, las lagrimas embadurnándole el rostro, la sensación de ser hurgado y escarbado, las palabras gemidas al oído que el niño no había escuchado antes, sus gritos silenciados por el canto de las cigarras, las únicas espectadoras. Pero no. Entre los árboles su mamá, una espectadora que a diferencia de las cigarras es silenciosa.

Él toma uno de los caparazones, con la lupa detalla los cortes a lado y lado sobre el lomo, la ruta de huida, la única conexión entre la oscuridad y la luz; la oscuridad de una vida sin alteraciones, la luz con promesas de sufrimiento, muerte y liberación.Cuarenta años, era horaque, lo que se revolvía en su alma, saliera.

Al otro día en el bus, mira con descaro las niñas recién bañadas, oliendo a cualquier cosa menos a niñas, pero mejor que la sección de aseo del supermercado. Esa mañana su mamá no había cocinado el desayuno; tiene hambre, tánta como la que se puede tener después de matar a alguien tan temprano; la cigarra ha dejado de ayunar, abandona la galería, el dolor al rasgar el caparazón es reciente, pero ya solo queda la urgencia que no necesita respuestas; con su canto recordarle al universo y a Dios que siempre estarán ahí, en la oscuridad, en la luz, indestructibles, eternas.

AUTOR: MAURICIO ROMERO

ADAPTADO PARA GUIÓN PARA CORTOMETRAJE POR JORGE HUMBERTO HOMEZ

COMICS Y CUENTOS INFANTILES ILUSTRADOS.

Dentro del proceso de escritura de comics y cuentos infantiles ilustrados, que desarrolla laRed Departamental de Escritura Creativa NATIVO en asocio con el programa de diseño gráfico de la C.U.N Ibagué y su taller de Comic e Ilustración están en desarrollo los siguientes proyectos:

Laura Nuñez está desarrollando el libro álbum OKU, que será presentado a las Convocatorias de Estímulos 2011 del Ministerio de Cultura, en la modalidad de Libro Álbum Infantil.

Jorge Laguna, está desarrollando un comic infantil para niños, basado en mitos y tradiciones Tolimenses.

Jorge Homez y Mauricio Romero con el apoyo de otros asistentes al taller está desarrollando el comic de terror “El Ataque de los Hombres Pollos Zombies”

El Taller de Escritura Creativa “NATIVO” impulsa la escritura de cuento, cuento fantástico, cuento infantil, guión literario para cortometraje (en asocio con el Consejo de Cine del Tolima) y comic (en Asocio con el Programa de Diseño Gráfico de la Universidad C.U.N. Ibagué).

Invitamos a todos los interesados en iniciar o continuar su proceso de creación literario a unirse a la Red, inscribiéndose al correo nativotaller@hotmail.com para poder recibir asesoría en escritura creativa y poder vincular las iniciativas locales en el Tolima a la RED y visitar nuestro blog http://nativotaller.blogspot.com/

ATENTAMENTE

Mauricio Romero

Consejero de literatura del Tolima

Coordinador de Nativo

Lejos del Paraíso (autor: Santiago Ramírez - Valle de San Juan)

Horrible. Así había sido el último viaje en tren hasta Ibagué de Jorge Isaacs. Viajar alguna vez fue uno de los mayores placeres del escritor caleño; eso junto con la necesidad de aventura, lo habían llevado a recorrer la extensa y difícil geografía de los Estados de Colombia, aún usando como pretexto las guerras sin fin de los políticos-militares dueños de la tierra. Y la tierra, el otro elemento que moldearía la vida de Jorge. Una infancia feliz en las cálidas planicies del Estado de Cauca, el dolor y la impotencia al perder las fincas familiares, La María como un recuerdo de lo que alguna vez fue su paraíso en este mundo, el destierro voluntario, las ciénagas del Pacifico que incubaron su muerte, la esperanza de la riqueza en el Magdalena, el amor por la tierra de Antioquia que fue su perdición. Isaacs, en carne propia intuía lo que Colombia sería en un futuro: una tierra detestablemente hermosa.

En el vagón viajaba, no el escritor que triunfó en vida, sino un viejo y destruido hombre que intentó ser cualquier cosa; diplomático, periodista, funcionario, escritor, comerciante, soldado, gobernador ilegitimo. Solo tenía 57 años, pero el paludismo, la intensidad con la que vivió se lo estaban cobrando en vida. Junto a él viajaban personas que no tenían nada, ni siquiera el derecho a morirse cerca de las tumbas de los suyos, desterrados por la guerra mas reciente. Jorge los detalló, no hablaban, era como si en el vagón se hiciera un velorio, y a eso olía, a muerto con un vago consuelo de incienso, todos mirando un punto perdido, con la expresión de ya no querer pensar más, de no interesarles que había para ellos en esta vida.

El tren empezó a detenerse. Jorge reaccionó, estaban entrando en la estación, esperó que las almas en pena, que lo habían acompañado, terminaran de descargar sus equipajes embalados en el último momento, en la huida de una madrugada de miedo. Él fue el último en descender del vagón y se arrepintió, pues de haber sido el primero, no habría tenido que ver la tristeza que lo había acompañado durante todo el viaje multiplicada por decenas. Todos los vagones, cada uno de ellos, descargando la misma desesperanza en los andenes de la estación, recordó un verso desesperanzador de la Divina Comedia que le leyó su padre una tarde remota.

Llevaba tiempo suficiente viviendo en Ibagué, pero nunca la había descubierto. Esa vez Jorge Isaacs levantó la vista y al fin observó. A su espalda la sucia estación ferroviaria, al otro lado de la avenida que conducía al cementerio, el planchon que era el matadero que ocasionalmente había servido y serviría alguna vez más para las ejecuciones públicas y apresuradas, viviendas que servían para lo que servirían en cualquier pueblo alrededor de una estación: graneros, cantinas, burdeles. Pero algo llamó su atención, eran las personas, la gente en Ibagué no eran ibaguereños, eran cientos de desarraigados y desplazados que habían llegado a ese pueblo de distantes puntos geográficos sólo por la necesidad básica de sobrevivir, pero no sentían que ésa fuera su tierra, y esperaban que la Divina Providencia les concediera la gracia de no tenerse que morir en esas calles ajenas. Jorge cruzó la avenida, tendría que rodear el matadero para alquilar una mula que lo llevara a su residencia. Fue un trayecto largo para su estado anímico, y por primera vez se sintió cercano a la gente que compartía ese trozo de tierra con él, tenia mucho en común con ellos, moriría lejos de la tierra de sus amores, anhelando la de su infancia. Descubrió que Ibagué estaba lejos del Paraíso.

Santiago Ramírez (Valle de San Juan)

jueves, 5 de mayo de 2011

Decepción en Viena (autor: Carlos Giraldo - Mariquita)

El óleo blanco era escaso en la paleta, el amarrillo no estaba suficientemente pálido como deseaba, y no contrastaría con el verde que era la línea de horizonte, atrás del campo de flores rojas.

El aspirante a artista revisó su escasa provisión de pigmentos, para descubrir lo que sabía, no tenia mas blanco, tampoco turquesa y los terracotas eran una cosa dura que ningún aceite de linaza haría útil. Pasó su mano por su cabello castaño, como si lo estuviese alisando, la acción que parecía casual a los diez minutos se transformó en un acto obsesivo, siguió haciéndolo después de pararse del butaco y empezar a caminar por la habitación de dos por dos que era su estudio, dormitorio y guarida.

En el suelo, encima del destartalado armario, apilados, estaba toda su reciente obra: paisajes luminosos, cielos soleados, primavera, calidez, ahí estaban los pigmentos que le hacían falta ahora, y los cuadros que no había podido vender en ocho meses.

Detuvo su compulsiva caminata, se cruzó de brazos, pero no como actitud sino para evitar seguir acariciando su cabello, lo cual, él mismo percibía como un acto de nerviosismo e inseguridad, que muy a su pesar se convertiría en una manía que reflejaría lo débil de su carácter.

Decidió salir de la horrible pensión, caminar por las calles de Viena, que meses antes le habían generado tantas expectativas y que ahora empezaba a despreciar. Él creía que la metrópolis le traería cambios sublimes, él que siempre imaginaba que cosas grandes lo esperaban, cuyo destino sabía no podía estar en la pequeña población rural de su juventud, o convertirse en un simple funcionario público como su padre, él estaba para grandes cosas, pero Viena estaba insultando sus aspiraciones.

Las calles estaban húmedas, el frío del eterno invierno era cruel en una ciudad con tantos desempleados y la gloria de un imperio que se venía abajo. La Aristocracia estaba en quiebra, los vaivenes políticos tras el reciente asesinato del heredero al trono, y el incierto futuro de la unidad del imperio, no permitía que alguien se interesara en su obra artística. Los judíos, los únicos que parecían no sufrir con los cambios, solo pensaban en los intereses, los créditos, las fiducias y las ganancias. Además, para ellos, el arte se había convertido en esas manchas antiestéticas, que muchos artitas, judíos ellos, promulgaban como arte de vanguardia y que la crítica, comprada con dinero judío, reseñaba como actual. Hasta el arte se había convertido en un negocio lucrativo para los judíos.

Giró en la calle Praztziht, para llegar a la Plaza San Jerónimo, donde en los últimos días se habían instalado altavoces, para que los vieneses pudieran seguir los sucesos relativos al ultimátum del Imperio a las naciones separatistas de los Balcanes. La agitación era mayor que los días anteriores, la multitud se aglomeraba en la Plaza; obreros, jubilados, funcionarios, estudiantes. Él avanzó, en un momento solo fue otro individúo mas, una partícula de una masa palpitante, los gritos y consignas acallaban los potentes altavoces. Se sintió invadidopor la emoción que inundaba la Plaza, el único sitió donde no debía estar haciendo frío en toda Viena, empezó a sudar y a sentirse sofocado. Preguntaba al de al lado que pasaba, pero antes que este contestara el avance de la multitud lo arrastraba. Por fin uno tuvo el tiempo suficiente para mirarlo con entusiasmo y gritarle: “Es la guerra, vamos a la guerra”. Él fracasado aspirante a artista se paralizó por un instante, pero sus pensamientos, atropellados y diversos se ataron rápido al digerir la palabra guerra.

No pensaba volver a su miserable poblado, sabía que no podía seguir en Viena, que sus ahorros no le alcanzarían ni para sobrevivir paupérrimamente otra semana; que su futuro fuera el que fuera, estaba cubierta por brumas más espesas, que las de las madrugadas de los puertos de esa ciudad oscura y triste.

“Los Alemanes están reclutando. Viva el Kaiser”, fue el grito que lo devolvió a la realidad de la muchedumbre girando en torno al momento detenido en el tiempo. Siguió caminando empujado por otras manos, perdiendo el sentido de orientación, se quitó la gorra rota, intentó pausar su respiración, su mano empezó a peinar compulsivamente su cabello sudoroso y grasoso. De repente, se encontró ante una fila de escritorios, detrás de ellos, sentados, varios soldados con uniformes del Reich, que parecían más funcionarios que hombres de armas, detrás, varios destacamentos de Dragones. El funcionario- soldado, frente a él, ni siquiera lo miró, empezó a llenar un formulario y le dijo: “Nombres y apellidos”. Todavía estaba peinando su cabello, sus piernas temblaban, la respiración era asmática, pensaba en los cuadros en su habitación que nuca estarían en la casa de un noble austriaco, pronunció su nombre lo mas marcial que pudo: “Adolf Hitler”. El funcionario- soldado escribió el nombre, le solicitó otros datos y sin mirarlo le entregó el certificado de incorporación al Ejército del Kaiser.

CARLOS GIRALDO (Mariquita)

GUIONES PARA CORTOMETRAJES EN LA CONVOCATORIA NACIONAL DEL MINISTERIO DE CULTURA 2011.

Durante 8 meses la Red Departamental de Escritura Creativa NATIVO, en asocio con la Fundación para el Desarrollo del Cine Regional “FUNDARCINE”, asesoraron aen escritura de Guiones para Cortometraje a:

Said Cabrera Forero

Jorge HumbertoHomez

Jaime Andrés Saavedra


Resultado de este trabajo surgieron los guiones:

“La Formidable Guerra de la Piscina de Pelotas”

“La Vida de la Cigarra”

“El Deseo Cumplido”


Los tres guiones han sido enviados a concursar a las Convocatorias de Estímulos 2011 del Ministerio de Cultura, en la modalidad de Becas de Coproducción y este semestre entraran a participar en la Convocatoria de Cinematografía de la Gobernación del Tolima, que premia con apoyo económico para realización. Estas son las Sinopsis de las historias surgidas de la iniciativa de la Red Nativo y FUNDARCINE:

La Batalla de la Piscina de Pelotas

(Cortometraje de Ficción, Duración: 15 minutos)

Es domingo, la tarde transcurre normal en un parque infantil, Los padres llevan a los niños para intentar pasar una tarde familiar, pero los adultos están preocupados en “asuntos de mayores” que los niños no entienden, lo único que los niños entienden, es que en definitiva sus padres no le están prestando la atención adecuada, entonces entran a la piscina de pelotas, un territorio de niños, al cual no puede entrar nadie que no mida menos de un metro treinta de estatura. Es el inicio de la batalla de la piscina de pelotas, los niños deciden no abandonar la posición conquistada, los adultos restringidos por ese territorio tan ajeno a ellos harán todo lo posible por hacer salir a sus hijos rebeldes de la piscina.

Autor: Said Cabera

LA VIDA DE LA CIGARRA

(Cortometraje de Ficción, Duración: 25 minutos)

Durante 17 años, Joaquín ha sentido cómo dentro de él, se incuba un enorme dolor. Los horribles recuerdos de su infancia; un padre que abusaba de él, una madre que nunca lo protegió, una vida árida y monótona, y una aberrante obsesión por las cigarras, convertirán a Joaquín en un monstruo a punto de abandonar su fachada y enfrentarse y lastimar a ese mundo que nunca ha sentido respeto por él.

Autor: Jorge Humberto Homez

El Deseo Cumplido

(Cortometraje de Ficción, Duración: 25 minutos)

Marcos, un joven universitario, al acercarse la fecha de su cumpleaños reflexiona sobre lo que ha sido su vida, y decide que ha sido un fiasco total, tanto en el aspecto laboral como en el emocional y familiar, por ello decide que el día de su cumpleaños sea el último de su vida. Ese día Marcos, en lugar de cumplir con su deseo salva la vida de Isabel, una joven que a pesar de haber sufrido varios golpes en la vida, nunca se rendirá y se aferrara de la vida como lo único que en realidad posee. Los dos jóvenes inicien una carrera para sobrevivir ese día, pero ya las ruedas del destino se mueven y Marcos comprenderá que existen deseos que es mejor no anhelar.

Autor: Andrés Saavedra

El Taller de Escritura Creativa “NATIVO” impulsa la escritura de cuento, cuento fantástico, cuento infantil, guión literario para cortometraje (en asocio con el Consejo de Cine del Tolima) y comic (en Asocio con el Programa de Diseño Gráfico de la Universidad C.U.N. Ibagué).

Invitamos a todos los interesados en iniciar o continuar su proceso de creación literario a unirse a la Red, inscribiéndose al correo nativotaller@hotmail.com para poder recibir asesoría en escritura creativa y poder vincular las iniciativas locales en el Tolima a la RED y visitar nuestro blog http://nativotaller.blogspot.com/

ATENTAMENTE

Mauricio Romero

Consejero de literatura del Tolima

Coordinador de Nativo